jueves, 13 de julio de 2017

Tipos de narrador

Indica el tipo de narrador utilizado en los siguientes ejemplos. Razona la respuesta.

1.
   "Este cuaderno es para las cuentas, porque no tiene rayas, que tiene cuadritos, pero no voy a hacer cuentas, va a ser para apuntar la vida, contar por qué he venido aquí, con mi madre. Aquí vivía mi madre desde mucho antes de que yo naciera, y yo no había visto nunca a mi madre, solo ahora la he visto, y el primer día me pareció sucia y fea y cuando me dio un beso puse las manos duras para apartarla, entonces dijo, qué mala hija, pero no lloró como hacen todas, lo decía por decir, ya sabía que ni mala hija ni nada era yo, no era nada".   (Ana María Matute. Cuaderno para cuentas).

2.
   “Por la ventanilla entraba un viento ardiente y seco, mezclado con el pito de la locomotora y el estrépito de los viejos vagones. La mujer enrolló la bolsa con el resto de los alimentos y la metió en la cartera. Por un instante, la imagen total del pueblo, en el luminoso martes de agosto, resplandeció en la ventanilla. La niña envolvió las flores en los periódicos empapados, se apartó un poco más de la ventanilla y miró fijamente a su madre. Ella le devolvió una expresión apacible" (Gabriel García Márquez. "La siesta del martes").

3.
   “El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros” (Gabriel García Márquez. Crónica de una muerte anunciada).

4.
   “Actué como médico en dos barcos sucesivamente y durante seis años hice varios viajes a las Indias Orientales y Occidentales, lo que me permitió aumentar mi fortuna. Pasaba mis horas de ocio leyendo a los mejores autores antiguos y modernos, pues llevaba siempre conmigo muchos libros. Cuando estaba en tierra, estudiaba las costumbres y la índole de la población, y trataba de aprender su idioma, lo que me facilitaba mi buena memoria.” (Jonathan Swift. Los viajes de Gulliver).

5.
   “No es que esperes nada particular de este libro particular. Eres alguien que por principio no espera ya nada de nada. Hay muchos, más jóvenes que tú o menos jóvenes, que vienen a la espera de experiencias extraordinarias; en los libros, las personas, los viajes, los acontecimientos, en lo que el mañana te reserva. Tú no. Tú sabes que lo mejor que cabe esperar es evitar lo peor. Ésta es la conclusión a la que has llegado, tanto en la vida personal como en las cuestiones generales y hasta en las mundiales.” (Ítalo Calvino. Si una noche de invierno un viajero).

6.
   “A mitad del largo zaguán del hotel pensó que debía ser tarde y se apuró a salir a la calle y sacar la motocicleta del rincón donde el portero de al lado le permitía guardarla. En la joyería de la esquina vio que eran las nueve menos diez; llegaría con tiempo sobrado adonde iba. El sol se filtraba entre los altos edificios del centro, y él -porque para sí mismo, para ir pensando, no tenía nombre- montó en la máquina saboreando el paseo. La moto ronroneaba entre sus piernas, y un viento fresco le chicoteaba los pantalones.(Julio Cortázar, “La noche boca arriba”).

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